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Amores, muertes y venganzas.

Hola a todos, ya ha pasado San Isidro, que para quien no lo sepa es la fiesta popular en que la  mayoría de los que se visten con el traje típico madrileño no han nacido aquí pero sí son de Madrid. Si queréis que os sea sincero, no sé si esta apreciación es fruto de mi capacidad de observación o de mi aversión a vestirme de lo que no soy, tal vez un día algún profesional aclare mis dudas. Esta ocurrencia viene a cuento por ser refrán que dice: “el hábito no hace al monje” y es que en la novela de esta semana los monjes y los hábitos –de vestir y los de conducirse en la vida-, están muy presentes. Se trata de: El latido del mar de Jorge Molist.

El Mediterráneo, nunca fue un lugar idílico, en el Siglo XIII era un auténtico “camp” de batalla. En el que franceses, aragoneses, musulmanes y algunos más luchaban por su control. Esta es la historia de una joven dama perteneciente a una de las familias más influyentes de Bríndisi que de la noche a la mañana dejará de ser una esposa feliz, una noble  madre de dos hijos; a ser una viuda sometida a la esclavitud sexual que desconoce el paradero de uno de ellos. Esta es la historia de Blanca y de su hijo quien con el tiempo pasará a la historia con el nombre de Roger de Flor.

Esta ha sido mi primera lectura de un libro de Molist  sobre una época histórica de la que desconozco casi todo. Lo cierto es que los aficionados a la novela histórica hemos leído más de una novela y más de dos sobre la expansión de España pro el Atlántico o sobre el dominio de media Europa de la España Imperial, pero muy pocas sobre la conquista del Mediterráneo por la Corona de Aragón. Pues bien, quienes como yo, se sorprendan de todo lo que ocurrió en esa época y en ese mar tan cercano, no podrán decir que este escritor barcelonés no haya hecho todo lo posible por que nos interesemos en esta compleja época sobre la que Molist ha escrito mucho y bien a tenor de sus éxitos.

Cuando leo una novela histórica uno de los aspectos que más valoro, por no decir el que más, es que el autor me lleve a la época, me sitúe en los lugares y me “presente” a los personajes históricos de un modo ameno y riguroso. Esta faceta, no cabe duda que El latido del mar ha cubierto y con creces mis necesidades como lector. Jorge Molist no sólo ambienta de un modo excelente su ficción, si no que en un contexto histórico muy complejo, logra que hasta un lector que apenas conoce nada, es mi caso, comprenda perfectamente la Historia. Molist con la paciencia de un buen profesor logra que el lector sepa quién es quién y que hizo cada uno. Ademes lo hace de un modo natural sin alardes, más para explicarnos que para mostrarnos sus conocimientos. ¡Bravo!

Esta magnífica tarea didáctica y aquí me toca entonar el mea culpa ha hecho que mi interés por la reama de ficción fuera decreciendo, mientras que me interesaba más por la Historia –con mayúscula- que la historia que Molist ha creado y tejido de un modo de un modo ameno y más que solvente. Así lo demuestra a lo largo de la novela. Cuando relata el sufrimiento de Blanca sometida por hombres sin escrúpulos, deseosos de poseerle como mero botín de guerra; al contarnos los peligros que afronta Roger al enrolarse como grumete en una galera – los peores, desde luego, no son ni el mar ni el enemigo; o al narrar los difíciles equilibrios que debe afrontar Fray Vasall mitad marino y mitad caballero, mitad fraile mitad amante, un guerrero aun tiempo soberbio y humilde y tan vengativo como piadoso, en definitiva: un Templario.

En definitiva diría que El latido del mar me ha gustado, que pese a sus más de seiscientas páginas no se hace pesada porque Historia aparte en ella se tocan temas como el amor, la familia, la libertad, la venganza que la hacen de por si atractiva. Si no se tiene ni idea de la época se lee fantásticamente y me imagino que para quien esté más “puesto” sobe ella le sacará más partido. Yo me comprometo a leer algo sobre la expansión aragonesa por el Mediterráneo para volver sobre los libros de Jorge Molist que se desarrollan en ese periodo de tiempo. No dudo que disfrutaré aún más.

De este libro no os dejo canción. Es culpa de la “memoria absurda”, esa que hace que retengamos un dato que no nos sirve para nada y que nunca olvidamos. En este caso ha sido que gran parte del libro trascurre en Bríndisi y ya me diréis porque está grabado en mi cabeza hay lugar para recordar que Al Bano nació en esa ciudad. Y por supuesto no soy tan desaprensivo como para poner el link a una de sus canciones. Ni me lo permitiría, ni me lo perdonaríais.

SEÑOR PUTIN, ¿CUANTAS MUERTES MAS NECESITA?

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