Hola a todos, la verdad es que la primera semana laboral después de estos días de vacaciones se me estaba haciendo muy pesada. Vuelta a la rutina, los horarios pautados de siempre… y encima no se me ocurría que leer: ¡desastre total! Todo apuntaba a que la semana no remontaría ni a la de tres, hasta que me acordé de que hace un par de semanas os hablé de un libro de Pierre Lemaitre, de quien no había leído nada antes. Una persona muy lectora y aún más querida me dijo: “deberías echar un vistazo a Vestido de novia”. Dicho y hecho, esto es lo que me pareció.
“Sophie Duguet no entiende qué le sucede: pierde objetos, olvida situaciones, es detenida en un supermercado por pequeños robos que no recuerda haber cometido. Y los cadáveres comienzan a acumularse a su alrededor…”
Normalmente, al principio de cada post os hago una sinopsis de la novela de que os voy a hablar. Digo normalmente, porque lo que acabáis de leer es la nota de contraportada de Vestido de novia. Pero como estamos ante una obra que no es del todo “normal” y de la que hacer un mínimo resumen implica desvelar muchas cosas, me pregunté. ¿Cómo reseñar un libro del que es muy difícil hablar sin destriparlo? Voy a intentarlo. Veremos si lo consigo.
Si apenas se puede decir nada del argumento, con los personajes estamos en las mismas. ¡Pues estamos apañaos! Si no os puedo contar ni que pasa en la novela, ni quiénes sean los protagonistas de la historia; sólo puedo tratar de daros mi opinión de simple lector, de Vestido de Novia. Os doy una clave, quizá la clave: el artículo.
La novela podemos dividirla en tres partes bien diferenciadas: ¿qué está haciendo Sophie? ¿Por qué lo está haciendo? ¿Cómo puede evitar hacerlo ?Podríamos decir que cada una de estas partes pertenece a un género literario distinto.
La primera la encuadraría dentro del terror gótico. Al más puro estilo de: Drácula de Bram Stoker, El retrato de Dorian Gray de Wilde o por citar una obra francesa: El Fantasma de la Ópera de Gastón Leroux. Y es que en ese primer segmento la obra consigue transmitirnos angustia, miedo, terror y lo hace de un modo que no tiene nada que envidiar a los maestros clásicos del género.
A la segunda parte, yo la incluiría dentro del thriller psicológico. Pero de los de verdad, no de esos que en el faldón te pone: «el muevo thriller psicológico de…» y que en general es alguien con un apellido que incluye ø, un grupo consonántico ss o similar. En esta novela Lemaitre no se limita a explorar a fondo la mente de los personajes, sí no que consigue que el lector se perciba a sí mismo como un partícipe de ella. A veces tenemos la impresión de no tener muy claro si lo que estamos leyendo, lo que ha sucedido a los personajes, lo que están imaginando ¿o lo estamos pensando nosotros? Para conseguir eso, no creo equivocarme, estamos ante alguien que cuando va a escribir, sabe lo que va a contar, que mientras escribe, sabe lo que está contando. Y que cuando han terminado de escribir saben lo que han contado.
La ultima parte, podría pasar por una novela de intriga en la que se resuelve un enigma y con un final, como parecía evidente, muy bien cerrado. De esos que no dejan cabos sueltos y sin trucos. Pese todo y por poner una pega es un poco “peliculero” y da algún rodeo que no aporta demasiado. Como dicen en el final de Con faldas y a lo loco: “Nadie es perfecto”.
Si la estructura de Vestido de novia es magnífica, el estilo no lo es menos. Inicia con un narrador que conoce la historia de primerísima mano, para cambiar a un formato casi epistolar. Para ser correctos se trata de un diario, que ocupa casi dos tercios de la obra. Según avanzamos en la lectura de las entradas de ese diario nos damos cuenta que nos vamos implicando más en la historia y me reitero: Lemaitre va poco a poco “personajizando”, disculpad el palabro, al lector. Este cambio de estilo me ha parecido brillante, como bastantes otros aspectos de la novela.
Un par de indicaciones antes de terminar. Vestido de novia no es un libro para todos los lectores, ni para todas las lecturas. En primer lugar porque nos narra situaciones de una dureza extrema y no hablo de la casquería tan habitual como prescindible que últimamente leemos o vemos; aquí hay momentos en que a los lectores mas blanditos se nos pone mal cuerpo literalmente –en mi caso en la página 32 en la que casi tiro la toalla-. Cuando digo que es un libro que no es para cualquier lectura me refiero a que es para leer tranquilo, en casa y a ser posible con más personas dentro, aunque hagan un poco de ruido.
De perdidos al río y como este post está quedando rarito y habla de una novela muy peculiar acabo por deciros que si tuviese que decidir a qué genero pertenece y aunque imagino que no existe, lo tengo claro: a la novela psicosomática. ¡Toma desbarre!, o no. Según la definición de la RAE psicosomático es: que afecta a la psique o que implica o da lugar a una acción de la psique sobre el cuerpo o al contrario. No tengo más que añadir.
La canción de Vestido de novia es: No estamos locos de Ketama. Si os lo leéis sabréis la razón.
Como dicen los castizos: sigo dándole al parche.
¡¡¡SEÑOR PUTIN, DETENGA SU HORROR!!!
Sé el primero en comentar