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Benigna, Benina, Nina o la Bondad según Galdós.

En este año se conmemoran un par de centenarios de dos de los más grandes escritores españoles. Se cumplen cien años de la muerte de Don Benito Pérez Galdós. También celebramos  el primer siglo del nacimiento de Don Miguel Delibes, el señor que a mí me enseñó a amar los libros. Delibes, es como un abuelo al que jamás conocí, como a los míos propios. Galdós es el “padre” de la novela del S.XX en español, por no decir de la universal, ya que en nada es inferior a Zola, Kafka o Dostoievski. Así     que en un ejercicio de adanismo bien intencionado y tan voluntarioso como temerario, me atrevo a daros mí opinión sobre Misericordia de ese genio canario que si no es el mejor “retratista” de Madrid de todos los tiempos, seguro que lo es del Siglo XIX.

Misericordia es una joya en trescientas y pico páginas. Nos narra las desventuras de Benigna, una criada sisona de una familia, que no es que haya venido a menos, si no que está sumida en una pobreza que raya con la miseria. La “señá Benina” tratará de sobrevivir de la mendicidad y aunque parezca increíble, sacará adelante a su “señora” y a sus hijos: el uno un trepa y la otra una indolente con delirios de grandeza. Por si esto no fuera suficiente, Benigna socorrerá a otro “caballero” lampante. Benigna además ayudará a su complicado compañero de miserias: el ciego Almudena.

Como he dicho al principio del post, me parece absurdo hacer una “reseña” de esta novela o cualquiera otra de Galdós. Hay cientos de tesis doctorales y de publicaciones de estudiosos ya no solo de este libro, sino de toda la creación galdosiana. Pero como si de algo va este blog,  es de lo que un lector de “charanga y pandereta” que dijo Don Antonio Machado, piensa o mejor dicho siente mientras se sonríe, sufre y sobre todo se conmueve ante  la integridad y la dignidad de la protagonista. Una mujer que afronta con entereza su pobreza material y su grandiosa calidad humana.

Esta es una novela que contrapone la mendacidad y la grandeza, la miseria moral frente a la material, lo ingrato y lo ruin. Personalmente me parece más importante saber quiénes somos y quien nos creemos que somos y esta es una pregunta que planea sobre la obra. Que estamos dispuestos a hacer por nosotros y nuestro semejantes.  Que exigimos de ellos frente a lo que estamos dispuestos a sacrificar  por ellos.  Nosotros somos más valiosos que ellos.

A mí lo que más me ha impresionado de esta novela es  la diferencia al afrontar la vida entre Benigna y Juliana, la nuera de “Doña Frasquita”. Ambas son dos mujeres que deben enfrentarse a una vida de privaciones, más Benina que Juliana. Las dos padecen  la pobreza, pero una la material y otra la moral, que es mucho peor. La criada realiza un “´Vía Cricis” que la conducirá a una expiación de las culpas de aquellos actos que comete, con su sacrificio se redime ella misma pero también “salva” a los demás, por muy ingratos que hayan sido con ella. Incluso a Juliana, que es en última instancia quien la condena al abandono y a seguir en la miseria. Cuando la familia de Doña Paca mejora su fortuna gracias a una herencia ya que por sí mismos son incapaces de ganarse el sustento y de administrarse mínimamente, es la nuera la que impone su criterio a esa familia de pusilánimes que terminará por abandonar a Nina.

La caridad es algo que está omnipresente en toda la obra. En mi opinión eso es así porque el autor trata con ella a sus personajes. El maestro canario pese a retratar a sus personajes con gran dureza, no es cruel con ellos, como pueda serlo Valle Inclán que es absolutamente despiadado con ellos por ejemplo en Luces de bohemia. Prueba de esto son las palabras que le dirige Benigna a Doña Paca casi al final de la novela: «…y ahora vete a tu casa, y no vuelvas a pecar».Esto lo hemos leído en otro libro ¿verdad? No cunda el pánico entre aquellos que no seáis católicos o no tengáis demasiado apego hacia la jerarquía eclesiástica, este no es un libro “meapilas” ni para beatos. Su autor ni era lo uno ni lo otro.

Una recomendación para los que decidáis leer esta obra de arte: si podéis leerlo en una edición anotada mejor En ella abundan la palabras en jerga propias de las clases menos favorecidas de la época. Y si no os apetece leerla aquí os dejo el enlace a Youtube con la versión teatral que  hizo RTVE en su programa Estudio 1 en 1972.

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