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Buscando su camino.

Buenas y tórridas, ya estamos en julio, así que paciencia, que como dicen los jugadores de mus: esto va a ser «corrido y sin señas». Puesto que esto no va de hablar del tiempo, ni tampoco es un  ascensor, vamos con el libro de esta semana. Se trata de Cluny Brown, escrito por Margery Sharp en 1944 y recuperada el año 2020 por: Hoja de lata, una pequeña editorial asturiana, que creo que tiene un catálogo bastante interesante.

Cluny Brown es una joven londinense a punto de cumplir los 21 años. Desde que era una niña vive con su tío, actualmente viudo: Arnold Porritt. Aparte de convivir  tío y sobrina colaboran en el negocio familiar de fontanería, ella atendiendo el teléfono y él realizando las reparaciones. Pero algunos comportamientos de la joven, que el Sr. Porritt juzga extravagantes harán que la vida de Cluny de un cambio radical. Pasará de la “libertad” de su vida urbana a trabajar de sirvienta en Friars Carmel, una mansión campestre en Devonshire. Todo esto sucede en los albores de la II Guerra Mundial, concretamente en 1938.

Antes de nada, me gustaría contaros que nunca había leído nada escrito por Margery Sharp. Por ser totalmente sincero: no tenía noticias sobre su existencia. ¿Por que compré el libro, por qué lo ley?, pues más de lo mismo: ni idea. El caso es que me encontré a una autora magnífica. Con un estilo muy pulcro, una sutileza en los matices sobresaliente (por ejemplo: una de las criadas de la mansión en la que trabaja Cluny es madre soltera, esto dice mucho de Lady Carme). Sharp me ha parecido una escritora que maneja fantásticamente diversos registros: como la comedia, la novela costumbrista, el melodrama y si me apuras, hasta la acción. Definitivamente, parar mí  ha sido un feliz «encuentro». Seguro que no será el último.

Cluny Brown tiene un arranque disparatado, como esas clásicas screwball comedies que en  los 30 y 40 del siglo XX triunfaron principalmente en los Estados Unidos. Películas en las que situaciones cotidianas terminaban convirtiéndose en delirantes enredos. Pero según vamos avanzando en la lectura, vemos que la obra se desliza más al melodrama. Y es que Margery Sharp domina la gama de grises en el papel tan bien como Ernst Lubitsch en el celuloide, que fue quien la adaptó al cine  con el desafortunado título de El pecado de Cluny Brown. Así que vayamos con las conductas “indecorosas” o ¡pecaminosas” de la buena de Cluny. ¿Ir a un hotel de lujo a tomar el té pagándolo con el dinero que ha ganado trabajando honradamente? ¿Desatracar un fregadero, porque no encontraba a su tío y luego tomar una copa con el cliente? No pasan de ser “travesuras” de una chica de barrio que quiere conocer un mundo que apenas estar a quince minutos de su casa  parezca irreal. Paradojas de la vida cuando Cluny entra al servicio de Lord y Lady Camel, en lugar de sentirse expiando sus “pecados” Cluny empezará a ser más independiente de lo que jamás fue. En Devonshire nuestra protagonista conocerá la amistad con personas de su edad (ya sea la joven Lady Cream o Hilda, su compañera en las tareas domésticas). Y lo que es más importante sabrá lo que es el amor y lo que creía que podía serlo

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Como se dice ahora, la novela es transversal. Por sus páginas pasan personajes de todo tipo, de todas las clases sociales, los que viven en el campo y en la gran ciudad. Sea la aristocracia rural apegada al Imperio que se encamina a le extinción, está representada por Sir Henry, la nueva nobleza que ha tenido una vida regalada la encarnan Andrew, el heredero de Friars Camel y la frívola Lady Elizabeth «Betty» Cream. La intelectualidad europea que huye de los nazis se refleja en un escritor polaco, exiliado Adam Belinski (creo que es más un vividor que un superviviente). No podía faltar la clásica ama de llaves: la Sra.Maile, más chapada a la antigua que sus «señores» y celosa de mantener el control sobre el personal de la casa.

Y por último, pero no la última, vamos con Cluny Brown. No es la más bella, ni la más inteligente de cuantos aparecen en el libro, pero tiene algo que ningún otro personaje posee. Ella a diferencia de todos prefiere vivir a existir. Tal vez, insisto, no sea la mujer más segura del mundo ni la más reflexiva, pero está dispuesta a buscar su camino en la vida siguiendo lo que le dicte su corazón. Creo que eso es lo que más me ha atraído de este personaje. Que la decisión que toma al final del libro será acertada o equivocada, a mí no me hubiera gustado verme en sus zapatos. De lo que no dudó es que si la decisión no es la mejor Cluny Brown no se resignara y la aceptará. Porque ella elegirá qué lugar quiere ocupar en el mundo, no el que esté le asigne.

Así que si queréis disfrutar de una novela magníficamente escrita, con unos personajes de lo más variado y con sabor añejo, que no a viejo; creo que Cluny Brown os gustará.  Además como no es muy larga, menos de 300 páginas, ni muy sesuda; puede ser una buena compañía para este verano.

¡¡¡SEÑOR PUTIN RETIRE LAS TROPAS, YA!!!

AUNQUE YA “NO SEA NOTICIA” SE SIGUE PERPETRANDO.

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