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Crímenes sin sobresaltos.

Buenas a todos. Si, ha estado a punto de sucederme por enésima vez, me ha faltado muy poco para empezar a leer una serie por una novela que no es la primera. Esta vez me salve gracia a la portada del libro, me pareció atractiva y me fijé en que en el estante había otras muy similares. Me puse a leer la solapa y me enteré de que era la tercera entrega. Así que busqué en el expositor hasta dar con: El club del crimen de los jueves de Richard Osman. Aquí os dejo mis impresiones sobre la novela.

Coopers Chase es un complejo privado para jubilados situado en el Sur de Inglaterra, en él sus habitantes viven en apartamentos privados edificados en un paraje idílico. Como ocurre en las residencias de mayores, porque por muy lujosa y bucólico  que sea, Coopers Chase no es otra cosa, hay infinidad de actividades programadas y hay otras organizadas por los usuarios. A este segundo pertenece un club compuesto por dos mujeres y dos hombres que cada jueves se reúne para resolver crímenes que la Policía no pudo aclarar. Todo cambiará cuando el Club se involucre en la resolución del asesinato que ocurre ante sus  propias caras: el del promotor que edificó el que hoy es su hogar.

Tras una etapa en la que la novela negra se ha convertido en una especie de manual de casquería Richard Osman ha conseguido desbancar de las listas de ventas con una novela en la que se  cocina pastel de riñones, a las que nos cuentan cómo se extirpan estos de un humano a ser posible vivo. Sinceramente me alegro de su éxito, aunque este autor británico que antes fue presentador de televisión, no ha inventado nada. Como el propio Osman reconoce sin ningún tipo de rubor ha retornado al camino de la gran dama de la novela de misterio: Agatha Christie. Este tipo de novelas se conoce como cozy crime, pero es que en esta época es más favila inventar un nombre que un concepto. Por tanto el amigo Osman ha escrito una obra muy inglesa, con mucho té, mucha campiña mucho humor, algún que otro crimen que tratarán de resolver unos aficionados. ¿Para qué cambiar una fórmula que funciona?

Entonces ¿Por qué este tipo es el autor del tercer libro británico más vendido desde que hay estadísticas?, sencillo: por sus personajes. Los miembros del Club son Ron es un antiguo sindicalista curtido en las huelgas del thatcherismo. Ibrahim es un psiquiatra que pese a los años conserva intacta su capacidad de observación. Joyce es una enfermera que detrás de su imagen de candidez guarda muchas sorpresas. Por último: la que “maneja el cotarro”: Elizabeth, con un pasado desconocido, pero que a mí me parece que como 007 estuvo al servicio de su Majestad. Como vemos cuatro personajes de distinto origen social, con poco o nada que ver en sus anteriores etapas de la vida, pero que en la última no solo comparten el lugar donde viven si no sus experiencias y capacidades. Cada uno tendremos nuestro personaje preferido pero el protagonista es el Club que no sería igual sin las deducciones, la discreción, la resolución o la astucia que cada uno aporta al grupo, o sea a cada uno de sus amigos. La joven agente De Freitas y el Inspector Chris Hudson, los policías que “colaboran” con los protagonistas son unos personajes secundarios que también aportan su granito de arena: a veces pacientes otras obstinados pero siempre enriqueciendo el libro con pequeños detalles.

Lo que más destacaría de El Club del Crimen de los Jueves es el respeto con el que Osman ha creado a sus octogenarios personajes, capaces de enfrentarse a la muerte con gran entereza, sea esta la de extraños o la de seres queridos, violenta o natural, accidental o voluntaria. El autor ha creado unos personajes de carne y hueso, unos abuelos que no son ni trastos viejos ni adorables que suelen ser los tópicos de los personajes ancianos en la mayoría de las ocasiones. Los miembros del Club se pasan de estación de tren, hacen bizcochos para sus amigos o juegan al ajedrez, pero también son capaces de colarse en una comisaría de Policía, de pasarse con el alcohol o de plantar cara a un especulador inmobiliario. Son personas que añoran el tiempo que pasó y las personas que se les fueron pero que, tal vez por eso, son capaces de exprimir el aquí y el ahora dejando los achaques para luego. Todos los que hayáis convivido con padres mayores o los abuelos estaréis de acuerdo conmigo en que ni siempre son adorables ni siempre insoportables, pues así es la vida y así son los personajes de esta novela.

El Club del Crimen de los Jueves me ha parecido una novela agradable de leer y nada pretenciosa.  Con una trama de misterio clásica en la que el autor nos muestra las piezas de un rompecabezas que tenemos que encajar al mismo tiempo que lo hacen los personajes. Por supuesto Osman, no podía ser de otra manera, pondrá sus trampas y tratará de llevar a callejones sin salida a sus investigadores y también a los lectores. No estamos ante un misterio prácticamente irresoluble, pero hay que estar atentos. Ahora seré yo quien plantee un enigma: en los deliciosos fragmentos del diario de Joyce que aparecen en diversos momentos de la novela ¿Quién es el que habla? ¿Richard Osman? ¿Una de sus jubiladas de ficción? ¿Una persona mayor de carne y hueso? Si os lo leéis ya tenéis deberes.

¡¡¡SEÑOR PUTIN, DETENGA YA ESTA GUERRA!!!

Un comentario

  1. Insulsa. - Leyendo Libros Insulsa. - Leyendo Libros 30 noviembre, 2022

    […] unos días os hablé de un libro del mismo “palo” que me pareció muy interesante: El Club del Crimen de los Jueves de Richard Osman. En él también había jubilados, pueblecito idílico, asesinatos… ¿Cuál es […]

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