¿Como lleváis el verano? Imagino que bien, aunque un poco achicharrados y otro poco “aluzinados”. La semana pasada mencioné de pasada a Dashiel Hament como padre de la novela negra. Así que creo que es de justicia compartir con vosotros la novela que la crítica y la cátedra señalan como la que inauguró un género literario muy del siglo XX y que aun hoy se sigue escribiendo con peor o mejor suerte. Damas y caballeros, ladies and geltlemen, Mesdames et messieurs les presento: La llave de cristal de Dashiel Hamet.
En los primeros años treinta, una pequeña ciudad de los Estados Unidos, se halla inmersa en una campaña electoral que es de todo menos limpia. Ned Beaumont, es el “chico para todo” de uno de los gánsteres que pretende manejar el proceso electoral: Paul Madvig.Todo se complicará cuando aparezca el cadáver de Taylor Henry, hijo de un Senador que es quien realmente maneja los hilos del poder y el hampa de la ciudad. Ese crimen desatará una tormenta que amena za con llevarse por delante cuantos se encuentre, sean hombres, mujeres, ricos o pobres, honrados o criminales. Ned tiene una muy claro que su inteligencia y su dureza son la tabla a la que se debe agarrar para seguir viviendo.
En principio el argumento y los personajes parecen los típicos de cualquier novela de intriga o policíaca. Un asesinato pendiente de resolver, unos gánsteres, el cacique local… ¿Dónde está lo novedoso? Vamos a ello, esta novela da un giro de tuerca al género policíaco, que hasta ella se basaba en la resolución de un misterio: quién mató a alguien, quien robó algo etc.… Who Done It?, que se dice en inglés. El mejor ejemplo de esto son los geniales casos de Sherlock Holmes. Este planteamiento cambió en 1931, año en el que se publicó La llave de cristal de Hamett. En ella, además de resolver el crimen, se retrata y crítica, despiadadamente, a la sociedad y la política. Esa es la gran aportación que creará un género que llega hasta la actualidad. No hay más que leer o ver algunas exitosas series, que primero fueron literarias y luego televisivas. Por ejemplo la protagonizada por Harry Bosch, escrita por Michael Connelly o la creada por Benjamin Black que nos narra las andanzas del forense Quirke. Por mencionar algunas de las más conocidas y con más calidad de los miles de novelas tributarias a la «nuestra».
Sobre el estilo, me remito al post de la semana pasada sobre El sueño eterno. Pero si no lo habéis leído, o simplemente no queréis hacerlo, os doy algunas claves. Es directo, seco, con frases cortas y brillantes, de un humor caustico. Muy Influido por el cine, hay infinidad de «saltos de secuencia» en la narración. Por supuesto, es un estilo concreto y desnudo, que evita el lirismo, bebe directamente del periodístico. Esto es prácticamente un paso obligatorio para los autores de noir.
Otra de las innovaciones que dejará para la historia está novela de Hammett son las figuras de sus protagonistas: el detective duro y callado y la mujer fatal. Dos estereotipos que llegan hasta nuestros días, pero que a principios de los 30 fueron absolutamente rompedores, a los que el cine de los cuarenta consagró como iconos populares. Quien no tiene la imagen de Sam Spade o de Gilda en su memoria, pues «nacen» aquí.
En la novela el autor carga con auténtica violencia contra un sistema político y una sociedad absolutamente corrompidos. En los que lo único que importa es el poder, que se antepone a todo lo demás. A un Senador le importa más su carrera que esclarecer el asesinato de su hijo; los policías, los directores de periódicos, el fiscal, todos están en venta. Las elecciones se convertirán en una lucha sin cuartel en la que no hay otra ley que la crueldad. Con un final tremendo en el que todos pagan la factura por sus actos. Así que pese a la dureza, la novela tiene una suerte de moraleja y apela a ciertos valores como la amistad o el amor, hay una historia romántica de lo más interesante.
La llave de cristal, pese a ser una novela más bien corta, es de las de «vístete despacio que tengo prisa» porque las relaciones cruzadas entre los personajes son muy complejos y se entrelazan continuamente, todos son socios, hijos, enemigos o amantes de alguien. Muy recomendable para los amantes de este género creado por ella, que con el tiempo pasaron de ser novelistas de kiosco a clásicos de las letras norteamericanas. ¡Original y Magistral!
P.S. Hay varias versiones en cine bastante fieles y un peliculón inspirado en el libro: Muerte ente las flores de los lhermanos Coen.
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