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El síndrome del superviviente.

Hola a todos, esta semana me gustaría compartir con todos vosotros: Los privilegios del ángel. Esta impactante novela se  publicó en 2009, en una tirada muy reducida. Supuso el debut de Dolores Redondo. En 2021 Planeta ha reeditado la «ópera prima» de la donostiarra que hoy es una de las escritoras superventas y más reconocidas del panorama editorial en español. Fue esa iniciativa de Planeta la que me impulsó a leer Los privilegios del ángel, ¿cómo escribiría una desconocida Dolores Redondo?

 Estamos en los primeros años 70 en la muy marinera Bahía de Pasajes. Allí viven Celeste y Pakutxa, dos crías que rondan los cinco años. La vida de ambas transcurre entre el colegio, la casa y el varadero donde se reparan los barcos. Pero  esas infancias razonablemente felices acaban abruptamente. Una gravísima y fulminante enfermedad se llevará a Pakutxa. Redondo nos narrará como Celeste gestiona esa terrible pérdida durante más de veinte años.

Lo primero que me gustaría reseñar, por no decir avisar, es que este libro es de los que en más de una ocasión se te hace un nudo en la garganta y te ahoga, personalmente he tenido que hacer un paréntesis, de un día cada uno, para tomar un poco de aire, y así r continuar la lectura. O sea que si os encontráis en una etapa de especial sensibilidad o no estáis en el mejor momento, quizá no sea el libro más oportuno. Lo cual no es excusa para no leerlo, solo hay que encontrar la época adecuada para hacerlo. Únicamente hay que elegir el momento preciso, seguro que no os dejará indiferentes.

Desde que Dolores Redondo nos presenta  a Celeste Martos la zozobra se apodera del lector y no solo por su impactante entrada en escena, que tiene su aquel. Mediante diversos flashback, sabremos el porqué de de esa desgarradora irrupción. Creo que Los privilegios del ángel no es una historia protagonizada por unos personajes, entre los que destaca, como no, Celeste. Es… otra cosa.

Intentaré explicarme lo mejor posible. Creo que el principal protagonista de la narración es el alma humana. Si somos capaces de recomponerla después de haber sido devastada. En esta obra comprobaremos cómo el dolor nos puede llevar a la destrucción del alma y que de allí  a la autodestrucción física solo hay un paso. El dolor puede causárnoslo algo ajeno como el lobo, ese que devoró a Pakutxa, pero también nos lo puede infligir alguien como el brutal marido de Celeste y por supuesto, podemos ser nosotros quienes lo generemos, como le ocurre a Celeste en la  adolescencia. Y es que venimos al mundo con el dolor ajeno y nos solemos marchar con el propio, en cualquier caso el sufrimiento, el gozo, la vida y la muerte van de la mano.

La novela es conmovedora. Salvo el brutal, y en mi opinión gratuito, episodio de violencia padecido por Celeste a manos de su marido. Pienso que la autora se enseña con un personaje que ha padecido lo indecible, en mi opinión es muy desagradable y apenas aporta nada a la historia, salvo horror. A pesar de lo que pueda parecer, el amor está presente en gran parte de la narración. El amor puro de la infancia, el incondicional de una madre, el desinteresado que nos da alguien a quien conocemos inesperadamente o ese amor invisible que tienen los que hoy son viejos y nos recuerdan como los críos que fuimos y no los adultos que somos..

No quisiera dejar pasar por alto el giro que casi al final del libro da la autora, con mano firme impropia de una “primeriza”. Pondrá patas arriba toda la trama, dejando sorprendido al lector. Uno de esos que le dejan boquiabierto y que pese a lo inesperado es perfectamente verosímil y no un simple artificio narrativo: SOBERBIO.

Los privilegios del ángel es una obra dura, en la que el duelo y la pérdida están siempre presentes. Como más o menos  le dice Encarna a Celeste: todos tenemos muertos, pero solo por algunos llevamos luto. Un luto de esos que se lleva muy dentro, de esos que a veces no nos es posible  aliviar.

Su estilo sencillo y de frases cortas. Su lenguaje rico. Su capacidad para combinar lo tierno con lo desgarrador, nos motivan a continuar la lectura que no es cómoda pero que tal vez nos resulte demasiado cercana. Si tenéis tiempo y presencia de ánimo en este libro conoceréis a otra Dolores Redondo Más intimista, menos comercial y que desde luego, en su primera publicación apuntaba a lo más alto. ¡Vaya debut, sí señora!

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