Bueno, pues ya estamos en Navidad, otra Navidad rara, de las que no se nos olvidarán jamás. Acabo de llamar a alguien al que quiero mucho, un compañero en todas las derrotas y de alguna victoria. Alguien al que hace muchos meses no veo. Le he llamado para decirle que hoy martes 21 de diciembre de 2021 y después de más de seis meses sin estar cerca, no voy compartir una cerveza con él. No sé si es la responsabilidad, la incertidumbre o el acojonamiento lo que me han impulsado a ello, pero el caso es que lo he hecho y me duele mucho y me apena aún más. Esta semana voy a comentar con vosotros La bestia, de Carmen Mola, el último y tan cacareado Premio Planeta. Una novela en la que el miedo y la epidemia están muy presentes.
En Madrid, verano de1834, en una ciudad azotada por una epidemia de cólera que cada día mata por decenas a sus vecinos y con la primera guerra carlista en pleno auge; comienzan a aparecer desmembrados los cuerpos de niñas de los barrios más humildes y populares. ¿Quien es capaz de acabar con esas jóvenes vidas? Un animal, un “ser humano”, la superstición, el odio… Este es el planteamiento de la cuarta novela firmada por Carmen Mola.
Antes de empezar a comentar que me ha parecido el libro, me gustaría deciros: que por supuesto he tenido mejores días y que la novela estaba leída hace un mes largo y las notas para el post también. De esta firma, me da lo mismo si parecía una mujer y ahora resulta que son tres hombres, creo que he reseñado sus tres anteriores libros, que me han gustado. El único pero que les ponía era la manera tan cruel en la que se acababa con las víctimas. Me parecen obras ágiles y muy actuales, de esas a las que es fácil engancharse pese al exceso de “casquería”. Allá cada quien con su estomago, este era el sello de la casa, cuando empezaron a matar como en American History X, o falla algo o tenemos el AVE reservado….
Esta vez Mola escribe no sobre el mundo y la sociedad actuales, si no una suerte de thriller de época. Aquí empiezan mis problemas con La bestia. Personalmente me parece que para escribir una historia ambientada cien, doscientos o quinientos años antes hay que conocer perfectamente la historia de la época y documentarse a fondo. Creo que ese es el grandísimo problema de este libro. Porque o no se han documentado o no lo han sabido mostrar y es que a un lector de a pié le da la impresión que con los dos recientes libros de Trapiello sobre Madrid y sobre el Rastro, algo de Galdós sobre el S.XIX, hay un Episodio Nacional sobre los hechos ocurridos en 1834 en Madrid – Un faccioso más y algunos frailes menos– y sobre las “carlilstadas” ahí está Baroja y por supuesto Don Benito. Me queda la duda de si se ha trabajado poco la obra o si los autores han ahorrado su esfuerzo dada la exigencia del lector medio de su bien remunerado trabajo.
No tengo nada contra la literatura comercial, de hecho soy consumidor de ella, pero de esta novela me ha llamado la atención el manejo tan pobre del lenguaje. No es creíble que el narrador hable en los mismos registros lingüísticos que un periodista del S.XIX, ni éste lo haga como igual que una grande de España, ni ella como un golfillo ni él como un médico que a su vez habla como una “carrerista” o esta con un diplomático. Esto hace que me cuestione si los escritores bajan su nivel para que los lectores los entendamos o si los entendemos por eso mismo.
Para acabar dejo un par de las perlitas que nos regala La bestia. Página 448 “(…) La sangre no la ha convertido en una mujer, la ha convertido en una víctima (…)”.)Las niñas analfabetas de 1834 se planteaban los mismo que Judith Butler?, tan sutil como la delantera sudafricana limpiando un ruck. Página 535 “(…) se oye la SIRENA de un carro de los bomberos voluntarios (…)” ¿La editorial Planeta ha despedido a sus correctores?
Lo dicho: enhorabuena a los premiados.
Para el mencionado: “GRACIAS, SE OS QUIERE”.
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