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Gentes turbias y oscuras.

Hola a todo el mundo, después de tener durante un tiempo un poco abandonada la novela negra, vuelvo a compartir con vosotros una de ellas. Además se trata de una escrita por uno de los maestros del género: Jim Thompon. La obra en cuestión es: Noche salvaje que se publicó por primera vez en 1953. Vamos a ello.

Peardale es una pequeña y anodina ciudad que dista de Nueva York ciento cincuenta kilómetros. Un joven simpático, de corta estatura, procedente de Arizona llega a la ciudad con la intención de matricularse en la escuela y tratar de progresar en una vida que de momento no le ha sonreído. Es Carl Bigelow. Tal vez sea mejor decir que se trata de Charlie Bigger, un asesino sin rostro, implacable y meticuloso, quien por encargo de un importante jefe mafioso, debe quitar de la circulación a Jake Winroy,  un testigo incómodo en un juicio que puede dar con los huesos del capo en prisión.

En principio el planteamiento de la historia más que clásico podría calificarse de tópico y sería cierto. Pero estamos ante una novela un tanto  peculiar, alguno diría que es “rarita”. Y es que a medida que vamos avanzando en su lectura comprobamos que la narración de los hechos va pasando a un segundo plano. Mientras que los personajes diseñados con cruel maestría por el autor van apoderándose del libro. Por así decirlo, preferimos conocer más de su manera de ser que de lo que les vaya a ocurrir.

Como he comentado Thompon no es un «padre» indulgente con sus criaturas. Quizás sea por su condición de alcohólico. Alguien que supo en la vida lo que fue tocar fondo en más de una ocasión. Tal vez por eso sea tan crudo al crearlos, mostrárnoslos y juzgarlos. Sirva como ejemplo su expulsión a los tres meses de incorporarse a los U.S Marines en 1944 ¡con el país combatiendo en el Pacífico y en Europa! El prólogo es muy ilustrativo a la hora de arrojar luz de un escritor tan tenebroso como  competente.

Noche salvaje, ante todo es un estudio de la condición humana, pero la disección, tal vez podría decir autopsia, que hace Jim Thompon es muy descarnado. Cada una de las personas que nos encontramos en la novela nos va mostrando muy diversas caras de lo que es la personalidad humana. Todos salvo Kendal son más o menos despreciables, como lector llegas a desconfiar de este tipo, no puede ser tan buena persona tal vez más propia de un película de Frank Capra que de el mundo real. Pero es que ante semejante jauría cualquiera parece demasiado decente. Confieso que a mí me pasó como al protagonista e igual que Carl / Charlie buscaba razones ocultas en un tipo que simplemente es normal. Prácticamente todos los personajes según vamos leyendo páginas se van encanallando, ninguno es capaz de contener sus más bajos instintos, todos van siendo peores personas. Su nivel de abyección es creciente la única diferencia que encontramos es desde que punto de partida arranca cada cual el su camino hacia el abismo de la indigencia moral

A pesar de lo descarnado de la obra, he de decir que lo es mucho más en el fondo que en la formas y es que hay sexo y mucho, violencia bastante, pero apenas en algunos párrafos es explícita. Para los lectores especialmente sensibles es perfectamente digerible no es una sucesión de escabrosidades, ni mucho menos. Creo que lo más difícil de digerir es la infinidad de puntos flacos que tenemos las personas y que nos pueden conducir a un abismo del que jamás podremos salir.

La gran pega, en mi modesta opinión son las últimas diez o doce página, una especie de desvarío alcohólico o lisérgico dignos de sus compadres de botella Charles Bukowski o Philip K. Dick, que entre desvaríos está a punto de sepultar un final escalofriante.

Creo que este es un gran libro, pero que como ponía antes en las carteleras de cine no es “apto para todos los públicos”. Tampoco me parece que sea la mejor de las obras de Jim Thompson, personalmente me han parecido mejores Sólo un asesinato o 1280 almas, que ya comente con vosotros. Pero pese a lo complicada que pueda parecer Noche salvaje es una novela que merece una oportunidad aunque solo sea por que cuando la leemos parece que estamos viendo el magnífico cuadro Nighthawks de Edward Hopper y saboreando la boca pastos después de una noche bañada en whisky de batalla. Tal vez merezca la pena. Vosotros decidís.

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