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Haber: el de la linde.

Hola de nueva,  esta semana vais a leer un post un poco peculiar. Normalmente os cuento que me ha parecido un libro, en contadas ocasiones os digo si me ha parecido malo y aun más infrecuentemente emito una opinión sobre la persona que lo ha escrito. Pero como siempre hay una primera vez para todo, esta semana os voy a hablar de El jardín de Reinhardt de Mark Haber: un libro absurdo, escrito por un imbécil.

Esta es la historia de Jacov: un cocainómano, gordo, traumatizado y putero que viaja con un chapero vocacional y un asesino de perros en busca de un escritor de panfletos sobre la melancolía llamado: Emiliano Gómez Carrasquilla. Jacov dejará su Croacia natal para emprender un viaje que le lleva a la selva de Uruguay, pasando por mediomundo para encontrase con esa eminencia y poder concluir su auto denominada Obra Maestra sobre la melancolía.

No sé si por fin he conseguido ser consciente del mundo plateresco, en el sentido juanramoniano del término, me he convertido al ofendiditissmo reinante o qué, pero Haber: el de la linde, ha conseguido sacarme de mis casillas. Así que antes de seguir con esta “sutil” reseña os dejo dos fragmentos que excreta el correlindes de Haber:

«Madrid es lo que pasa cuando millones de idiotas procrean, y sus hijos, que son todavía más idiotas, procrean también, que follar es lo único que puede que se os dé bien a vosotros, los españoles, y, cuando estuve en Madrid, me dolía el alma, y el tiempo simplemente se detuvo, como si me hubieran mandado al infierno, porque Madrid es el arquetipo del infierno, Madrid es el simulacro del infierno: se parecen los dos hasta en el último detalle, hasta en la más mínima arista imaginable, y, si estuviera en mi mano, ni siquiera te mataría, sino que valdría con que te mandara de vuelta a esa tierra maldita, que es, en realidad, lo que te mereces […]».

Y el memo termina con un inconmensurable: « […] Jacov aprovechaba cualquier oportunidad para denostar tanto a España como el idioma que había producido. Un idioma estúpido […]»

Podría deciros que esta patochada en 196 páginas, tampoco es que el amigo sea un destajista, empieza queriendo emular a Joseph Conrad, continua creyéndose heredero de Thomas Bernhard  o que si esto o si lo de más allá. Lo único que puedo decir es que si Haber: el de la linde, quería provocar a sus lectores, conmigo no lo ha conseguido: ni su estilo artificioso, ni sus ridículos personajes –espero que no sean su alter ego-, ni sus “follar”, “puta”… y demás palabras presuntamente trasgresoras, ya no escandalizan ni en una clase de primaria. Lo que me ha conmovido es su estupidez.

Siempre trato de sacar algo positivo del tiempo: unas siete horas y el dinero: 18,95 €, que invierto en leer un libro, incluido esto. Vaya usted a  saber que habría hecho con ellos el drogadicto putañero, hablo de Jacov, claro está… Pues hasta de El Jardín de Reinhardt he sacado las siguientes:

Quevedo, que era idiota por partida doble: nació en el infierno –Madrid- que dice el acomplejado toxicómano del libro, hablo de Jacov, claro está. Resulta que Don Francisco, que además escribía en un idioma estúpido,  era vidente, dato inédito hasta que nos lo reveló el Fénix de la estulticia. Y es que muchos años antes de que Haber: el de la linde, regurgitara su magna obra, predijo su .deyección y le dedico un libro: Genealogía de los modorros, que sin duda previó la publicación de la novela que nos ocupa.

La otra es que pese a que soy un “idiota procreado por idiotas”, que dice el adicto a los alcaloides y las meretrices, hablo de Jacov, claro está; he descubierto, pese a mis lógicas limitaciones el porqué a Baltasar Gil Imón y a sus dos hijas casaderas, los nacidos e incluso los habitantes del infierno que dice Haber: el de la linde se les llama como se les llama… Supongo que el autor, habida cuenta su docta opinión sobre la lengua española y la capital del país sabrá al vocablo que me refiero. Y que se recoge en el diccionario de la RAE. Una pista por si es tan sandio como parece: la segunda parte término, en español de América significa apuesta, en plural; la primera seguro que este Gerald Brenan de la post modernidad, que reivindica este libro, se la imagina.

Si alguien tiene la desgracia de no ser conocedor de Madrid y el español, como el ínclito Haber, explico lo de la linde. Es muy sencillo: cuando el tonto coge una linde, la linde se acaba, pero el “Haber”, léase el tonto, -sigue. Supongo que el refranero sirve para que los Untermenschen que hablamos español, vivimos en Madrid, o Dios no lo quiera, aunamos ambas desgracias seamos capaces de aprehender conceptos complejos….

La canción que a mi pobre y estulta persona le ha venido a la memoria es:

SEÑOR PUTIN, HACE UN AÑO QUE LIBERO LA BESTIA DE LA GUERRA, ¿CUANDO PIENSA ENCERRARLA?

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