No es la primera, ni la segunda vez que un libro de la exitosísima Carmen Mola aparece en este blog. Primero fue la impactante Novia gitana, después compartimos La red púrpura, una novela despiadada. Ahora comparto con vosotros La Nena, tercera y de momento última entrega de la serie protagonizada por Elena Blanco y «sus» agentes de la BAC.
La inspectora Blanco después de desmantelar la red púrpura, ha dejado la policía. Necesita asumir la traumática pérdida de su hijo. Ahora es Chesca quien está al frente de la Brigada. La última noche del año chino, ha quedado con Ángel Zárate en un bar del madrileño barrio de Usera, uno de los que cuenta con mayor presencia de ciudadanos chinos de la capital. Pero él no aparece, así que Chesca decepcionada, conocerá a un hombre con el que pasará la noche. El despertar de la inspectora será cualquier cosa menos agradable. Tras un día sin tener noticias de ella toda la BAC se moviliza para encontrarla, incluso Elena Blanco se «reincorporará» para echar un cable. El asunto tiene una pinta muy fea.
La novela, como las dos anteriores y supongo que las que vendrán, es interesante y muy bien estructurada. La trama policial y la investigación están muy conseguidas. La narración tiene mucha fluidez y se lee con mucha facilidad. La “autora” consigue enganchar al lector y este se va involucrando en el trabajo de los agentes de la Brigada de Análisis de Casos como si fuese uno de sus miembros.
Como en las dos novelas anteriores Carmen Mola apoya su relato en unos personajes muy atractivos y bien diseñados. Salvo Reyes, todos son viejos conocidos desde la Novia gitana, aunque todos van evolucionando, unos a mejor y otros a peor. Descubriremos a una Chesca con un pasado muy duro, muy distinta de la imagen que teníamos de ella. Elena parece más centrada, casi liberada que intenta rehacer su vida al margen de la policía, pero no duda en arrimar el hombro cuando su amiga desaparece. Zárate, sin embargo yo no creo que no ha mejorado con el tiempo. No parece que haya madurado, cada vez es más egoísta e inseguro, por no hablar de su nueva faceta de Harry Callahan carabanchelero. Mis favoritos son Mariajo, tan sorprendente como adorable y por supuesto Rodrigo Orduño, el hombre tranquilo, que trata de llevar una vida “normal” con Martina, aunque ella esté en prisión por formar parte de la red púrpura. El fichaje de Reyes Rentero, parece que dará mucho juego, pinta muy bien. Aunque me apuesto pincho de tortilla y caña a que en el próximo libro va a descolocar al bueno de Orduño, si no al tiempo.
Ya sé que esta no es una novela rosa ni «Sonrisas y lágrimas», en la que hasta los nazis parecen personas afables. Soy consciente que estamos ante un thriller policiaco y que entra dentro de lo esperable que haya asesinatos. Pero si en las dos obras anteriores de esta «autora» también los hay y bastante escalofriantes, en La nena va un poco más allá. No sé si como me dice alguien que me conoce muy bien soy muy blandito o porque me ha cogido con la guardia baja, pero, me ha parecido tremendo el ensañamiento con que se quita la vida a las víctimas. Una cosa es que se las elimine y otra muy distinta es que se las denigre del modo en que se hace en la novela. No solo se les arrebata la vida, si no que además se les priva de su condición de seres humanos. Se me ha hecho durísimo, por momentos he estado al borde de abandonar.
Este es un libro no apto para todos los públicos, que se decía antiguamente de las películas. A ratos parece La Familia de Pascual Duarte de Ce., a veces El silencio de los corderos de Thomas Harris y otras una novela del Comisario Maigret del genial Simenon. A pesar de los pesares, mejor dicho de las barbaridades, Carmen Mola es una “escritora” adictiva, incluso para lectores que tenemos la piel demasiado fina. Cuando acabé La novia gitana me dije: » está muy bien, pero demasiado dura para mí». Y ya veis, no pude resistirme a la segunda ni a la tercera entregas, mucho me temo que si hay cuarta tampoco seré capaz de resistirme a leerla… Aún así, finalizo con un ruego: contención Carmen un poco de contención en la próxima, por favor.
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