Hola a todos, espero que estos días nos sirvan para despejarnos un poco la cabeza y olvidarnos, aunque sea un poco de todo este follón. ¿Qué mejor manera que pasarlo con viejos amigos? Como hace tiempo que tenía pendiente una «cita» con Jorge Fernández Díaz y su fantástica creación: Remil, he pensado que este era un buen momento para reencontrarnos. Así que el libro de esta semana es: La traición, tercera entrega protagonizada por el singular agente secreto argentino.
El Coronel Cálgaris y Remil acuden en París convocados por el padre Pablo un salesiano muy cercano al Papa. Este les encarga que investiguen un asunto que amenaza el pontificado de Francisco. Cuando empiezan a trabajar en el encargo se van topando con infinidad de luchas de poder, esas que Argentina arrastra desde hace muchos años. Remil y sus compañeros de «La Casita» agitarán un avispero que sin duda, causará graves «picadoras» a más de uno.
Lo primero que me gustaría deciros es, que pese a ser la tercera entrega de esta “serie”, no es necesario haber leído las dos anteriores. Esto para lectores que somos desorganizados es una bendición. Obviamente se nos puede escapar algún matiz, principalmente de las relaciones entre los agentes de «La Casita», pero no se desvirtúa la novela. El peso de la historia recae sobre Remil, un ex combatiente de la Guerra de las Malvinas a quien Leandro Cálgaris, salvó de sí mismo. El Coronel, es un viejo zorro que pese a dirigir un pequeño servicio de información (de ahí lo de Casita), es temido por toda la comunidad de inteligencia argentina. La mismísima Beatriz Belda, responsable máxima de los Servicios (La Casa) respeta, por no decir se acobarda ante el anciano espía. Con estos tres personajes, el autor crea una especie de triángulo, que me ha parecido muy interesante. . No, no se trata precisamente de una relación amorosa a tres bandas. Si no una más compleja; de esas en las que cualquiera de ellos, o tal vez todos, puede perder la vida. Este “juego” de lealtades, traiciones, de intereses personales y nacionales provocará que Remil se vea obligado a tomar decisiones mucho más complicadas de las que asume cuando está sobre el terreno. En estas sólo se trata de matar o morir, en aquellas hay otras cosas en liza: las que el antiguo soldado considera poco menos que sagradas.
La traición, es una novela de acción trepidante, de espías en la que hay violencia, intriga y sexo, todo en su justa medida, para que no nos despistemos de una compleja historia. Esto, personalmente, me parece un acierto que demuestra un buen manejo del género. Pero no es la clásica novela en la que los tiros y la cama se terminan comiendo la trama, de esas todos hemos leído alguna que otra, Fernández Díaz no desenfoca el objetivo. Este no es otro que contarnos su verdad sobre la Argentina en la que él vive, llena de “Maquia velos y estafaos” que dice Cambalache. Cuando Cálgaris pone en marcha su pequeña máquina de picar carne, la cosa se pone seria. El hacker Palma, la “gorda” Maca, el “Salteño” y Remil, son implacables y habrá varios que no puedan dormir tranquilos. Ya sea un actor de medio pelo, una furcia cocainómana un político de lance o un miembro de la jerarquía de la Iglesia, .padecerán de insomnio. Creo, sinceramente que La Traición habrá causado el mismo efecto entre personas reales.
El principal inconveniente que le encuentro a obra, es que aborda temas demasiado…argentino. Veré si soy capaz de argumentarlo. A pesar de que uno esté más o menos al tanto de las noticias de Argentina o el Vaticano, y de los esfuerzos del autor por ser lo más didáctico posible, la trama política es muy compleja. Antiguos Montoneros que están en el poder, Sindicalistas millonarios, Curas pobristas, Idealistas tronados, torturadores de las Juntas Militares, Izquierdistas de Misa dominical, revolucionarios por sangre ajena, jueces muy receptivos… Todos estos tipos y alguno que me olvido, pasan por las doscientas sesenta páginas. Insisto, que pese a la intención del autor por aclarar el panorama político de la actual Argentina, al común de los lectores se nos escapa mucho. Pero es que con semejante quilombo no es extraño que nos sintamos un tanto pelotudos. Para no darle muchas vueltas a la política de la República Argentina, yo os recomendaría la respuesta que Jorge Luis Borges dio en una entrevista cuando le preguntaron ¿el peronismo era de izquierdas o de derechas?, el que debió ser Premio Nobel respondió muy porteñamente: “es… incorregible”. Creo que esa respuesta de Borges aclara bastantes dudas que nos puedan quedar a los gallegos.
La Traición: una novela de espionajes canónica, de una calidad literaria indudable, en la que las miserias humanas, la fidelidad al uno mismo y a los demás siempre están presentes. Yo creo que es más que atractiva para leerla en vacaciones. Un gran autor, un personaje esplendido y una historia potente. Entretenidísima y eso que no me ha parecido la mejor de la serie. Remil, Coronel tenemos una cuarta cita pendiente.
P.S Discrepo de la veneración que Remil profesa a Osvaldo Pugliese. En el tango está Gardel y luego los mortales.
¡¡¡SEÑOR PUTIN, RETIRE LAS TROPAS YA, NO CONVIERTA A MAS SOLDADOS EN ASESINO!!!
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