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Las comparaciones son odiosas, pero… se hacen.

Hola a todos. En agosto de 2019, que rápido pasa el tiempo, compartí con vosotros: Si esto es una mujer. Una novela policíaca firmada por Lorenzo Silva y Noema Trujillo. Con ella inauguraban una serie cuya protagonista es la Inspectora de Policía Manuela Mauri. Desde entonces he esperado la segunda entrega y hace ya unos meses que se publicó. Así que vayamos con: La forja de una rebelde.

Ni aún en lo más duro de la pandemia «los malos» descansan, si no lo hacen ellos, tampoco lo harán «los buenos». Carlota es una joven de 19 años, que al abrir la puerta del chalet de Alcalá de Henares en el que vive con su padre y su segunda esposa, encontrará los cuerpos de ambos acribillado. El caso caerá en manos de Manuela Mauri y su equipo,  que está en cuadro. La Inspectora y sus compañeros  investigarán un doble asesinato tan brutal como real, un Madrid de pesadilla.

Como era de esperar estamos ante una trama policial muy sólida y bien estructurada, se nota que Silva domina la suerte a la perfección. La otra novela que firmó con Trujillo tenía también una estupenda factura. Generalmente no es un autor que resuelva sus crímenes gracias a las “maquinitas”, eso en estos tiempos que corren demuestran imaginación del escritor y honradez hacia los lectores, que lo de tirar de hacker cuando se enmaraña el argumento empieza a ser demasiado recurrente. El libro se lee rápida y cómodamente. Pese a que, como es lógico, los policías abren varias líneas de investigación, se pueden seguir prestando atención, sin necesidad de tomar notas, esto a veces pasa. Podríamos decir por tanto, que es una novela clásica de investigación, sin demasiadas florituras ni pretensiones. Personalmente eso me gusta.

Los que me han convencido algo menos han sido los personajes, tanto los viejos conocidos como los que únicamente aparecerán en esta entrega. Estos últimos, salvo Cañizares y Gustavo, me han parecido bastante superfluos, supongo que es mérito de los autores, porque Carlota y sus amigos me han parecido unos niñatos insufribles y así los describen. Por el contrario Cañizares, un empleado, de toda la vida, de la víctima, me ha interesado; es un hombre sencillo, un buen tipo que guarda tesoros en sus silencios.  Gustavo, un amigo de infancia del muerto, es de esos que tienen muchas vidas y demasiadas noches a cuestas. Un tipo al que no prestarías 50 euros pero al que confiarías tu vida. Creo que son dos buenos secundarios, de los que aparecen poco pero que muestran el trabajo bien hecho de sus creadores.

Vayamos hora con los que conocíamos de la entrega anterior. Rafael y Miguel, los cito por su nombre de pila, porque me parece un bonito guiño de los autores a los Policías, al ponerles el nombre de dos de sus Patrones. Pero aparte de esto no me han dejado de parecer dos “polis” de  los muchos que pasan por los libros, aunque tanto uno como otro parecen que en sucesivas investigaciones pueden crecer. Claro que eso mismo me ocurrió con Martina y Carranco en la anterior novela y en esta apenas son “extras von frase”, me he quedado con ganas de conocer más de ellos. Por último, pero no la ultima, como hice y dije en  el post sobre Si esto es una mujer, dejo a Manuela Y para ser sincero me gustaba más la que conocí en el primer libro, aquella mujer marcada por las cicatrices del pasado, pero fuerte y dispuesta a dar un cambio a su vida. Me parece que lo ha dado, pero no creo que ni la mudanza, ni compartir la vida con Alberto, ni la aborrescencia del mayor de sus hijos la hayan ayudado a estar mejor. Tranquila Inspectora que de todo se sale, aunque  de momento, la toca seguir remando. Quizá en la próxima novela consiga enderezar el rumbo.

Como es muy fácil poner pegas al trabajo de un autor, esta vez se las voy a poner a un lector muy concreto: a mí. La primera son los reparos que he sentido al leer como se describían las situaciones en las que se refleja la pandemia, estoy de acuerdo con lo que escriben Silva y Trujillo en los agradecimientos: no se trata de una manera frívola. No sé si porque por motivos laborales tuve que ir al trabajo cada día o porque soy un poco “cagueta”, pero mis recuerdos son mucho más oscuros más desasosegantes de lo que refleja la novela, claro que cada uno siente o percibe las cosas a su modo. La otra es que confieso que he leído el libro mirando al retrovisor. Después de leer los once títulos de la serie de Bevilacqua y Chamorro, me ha resultado imposible no pensar: Rubén habría preguntado esto, Virginia habría hecho lo otro, Juan es mucho más eficaz que Miguel o “la Salgado” se habría merendado a tal sospechoso en dos párrafos… Esto sinceramente es injusto. Además hace que saquemos menos partido del que deberíamos a una buena novela y no deja de ser un feo a los autores. Así que si alguien ha leído los libros protagonizados por los Guardias Civiles y se va a poner con los de los Policías: mejor olvidaros del tricornio.

Como habréis visto el titulo de nuestro libro no deja de rendir homenaje a la famosa obra de Arturo Barea: La forja de un rebelde, también fue un giño el titulo de la primera obra de la serie. Como en no pocas novelas de Silva los personajes leen y hablan de muchos libros,  de ahí, a veces  nos salen otras lecturas, yo me he apuntado titulo curioso: La hora estelar de los asesinos, de un autor checo que no recuerdo su nombre. Ya os contaré.

¡Ah!, si os gustan las novelas de policías, seguro que La forja de una rebelde no os defrauda.

¡¡¡SEÑOR PUTIN, RETIRE LAS TROPAS YA!!!

2 comentarios

  1. SexyPG888 SexyPG888 25 noviembre, 2022

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