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Más madre que policía.

Esta semana me gustaría hablaros de un libro que tenñi pendiente de leer desde hace varios meses. Se trata de ,  La red púrpura, la segunda novela de Carmen Mola, que como la de su debut protagoniza la inspectora Elena Blanco. Os diré porque he tardado en decidir ponerme con este libro. Por lo que se intuía en las últimas páginas de La novia gitana, esta segunda entrega iba a ser mucho más dura. No me equivocaba, esta es una novela muy áspera, quizá demasiado.

Cuando la policía allana un chalet adosado de Rivas Vaciamadrid, la vida de la familia Robles salta por los aires. Daniel, el hijo de dieciséis años de esta familia acomodada, está viendo en directo las torturas y posterior ejecución de una joven. Así arrancará el  calvario personal de la Inspectora Blanco y la investigación que conducirá al desmantelamiento de una siniestra organización.

Antes de nada me gustaría aclararos que para leer La Red púrpura, no es necesario haber leído la anterior novela protagonizada por Elena Blanco, aunque si ayuda bastante. Los agentes de la BAC son los mismos y aunque el arranque del caso que investigan se apunta, como ya he comentado, en el final de La novia gitana, no es imprescindible pero si  conveniente leerla.

La historia está muy bien tejida y aunque la trama es complicada se sigue fácilmente. Me ha gustado mucho la gran cantidad de escenarios que aparecen en la novela, todos muy diferentes y muy bien reflejados. Mola nos llevará a la España rural, a Canarias y a varios Madrid. Aparece el centro, con la Plaza Mayor o la Plaza de España, barrios extremadamente humildes como Pan Bendito, el pan ben que diría el Langui. Y por último ese infierno que está a unos pocos kilómetros de la mismísima Puerta del Sol: la Cañada Real. Quien esté tras el pseudónimo de Carmen Mola, consigue helarnos la sangre con la horrible realidad. La descripción que hace de ese Madrid podrido poblado por yanquis, delincuentes de todo tipo, furcias, proxenetas y todo lo que no nos gusta ver, es realmente  sobrecogedor y si, como es mi caso se es de Madrid, simplemente se te encoge el alma. Es muy duro, pero es real.

También me ha gustado la evolución de alguno de los personajes, mucho mejor perfilados que en la primera entrega. A Zárate sigo sin cogerle el aire, me parece un personaje anodino y con excesivo protagonismo, Chesca me parece el estereotipo de la “poli” muy profesional y eficaz pero que para el lector sique siendo una desconocida. Sin embargo los dos veteranos, Mariajo y Buendía, creo que están muy bien conseguidos y aportan a la narración mucho más que sus habilidades profesionales. Pero el que se destapa de entro todos los miembros de la Brigada, es Orduño, ya no es un mero policía de acción, el antiguo GEO se nos mostrara como un hombre con un pasado, con una lealtad conmovedora a su jefa, que le llevará casi a la destrucción como persona y que el acepta con plena consciencia y con gran entereza. Un personaje que crece y un tipo del que te puedes fiar. Fantástico.

Dejo para el final a Elena Blanco. Es un personaje marcado por el drama de la desaparición de su hijo. Una mujer que vive en el filo de la navaja, que resbala en su vida personal y que en lo profesional es brillante. Pero, que a raíz del video que recibe de su hijo, va obsesionándose con tratar de recuperarlo a cualquier precio. Esto es lógico, pero el precio incluye que se vaya deshumanizando e incluso está dispuesta a que sus subordinados paguen un precio excesivo que no les corresponde. Pasa de ser una jefa dura pero justa a una madre desesperada hasta el punto de llevarlos al límite, lo que hace con Orduño es una autentica canallada, Entendible, si, pero canallada al fin y al cabo.

Los personajes pertenecientes a la red y sus víctimas en general están bien concebidos. Dimas o el “Padre” parecen villanos de una película de James Bond. Aurora demuestra una fortaleza fuera de lo común quizá demasiada. De Caín no os voy a hablar ya que realmente me ha impactado, me repugna su condición de verdugo, pero me conmueve en su calidad de víctima, un personaje extremadamente complejo y contradictorio. Dejo para el final a Yarum, un autentico cínico, sutil, perverso, amable, inteligente, manipulador, desagradable. Vamos, un autentico filón, me ha encantado. Y para cuando hagan la película o la serie, que las habrá, un autentico caramelo para el actor que lo interprete. ¿Por quien apostáis? Yo por Pedro Casablanc.

Termino, que se me está yendo de madre, La red púrpura es un libro  de esos que hacen que lleguemos tarde a los sitios o que nos acostemos a deshoras, muy rápida, muy  intensa, que atrapa. Un solo pero, ya sé que no estamos leyendo una novela de Corín Tellado y que el tema es duro, pero para mi gusto le sobra casquería y se recrea demasiado en una violencia extrema, blandito que es uno. Añun así no dejéis de leerla. ¿Tendremos más noticias de Elena Blanco…?

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