Hola a todos, una semana más vuelvo a compartir con vosotros un libro. Si no me equivoco es la primera vez que comento una novela que si no es puramente de humor, si tiene mucho de él. Si fuese una película no dudaría en calificarla de una comedia loca o como dicen los críticos de cine, una Screwball comedy. Así que lo dejaremos en una sátira amable. Se trata de la última obra de Daniel Gascón: Un hipster en la España vacía.
Enrique es un joven urbanita muy concienciado políticamente con lo que se conoce como la nueva izquierda. A raíz de un fracaso amoroso decide dar un cambio a su vida, abandonará Madrid y se irá a vivir a La Cañada Central, Teruel. El pueblo de su madre. Allí se instalará en casa de sus tíos – Pilar y Rafael. ¿Se adaptará a su nueva vida, a su nuevo mundo y a sus nuevos vecinos? ¿Y ellos a él?
La novela es una especie de diario de la vida de Enrique en La Cañada, pero también se leerán diarios de otros personajes, “veremos” un documental o escucharemos de viva voz la opinión de alguno de los vecinos. Esto hace que la lectura sea extremadamente sencilla y cómoda. Me ha parecido muy interesante como el autor retratan las distintas maneras de hablar de los personajes que reflejan la manera de ser y la procedencia de cada uno de Ellos. Curiosamente, en algunos pasajes me era más sencillo seguir el modo de hablar de las gentes del pueblo con su lenguaje llano y sus localismos,. Destalentado por ejemplo me ha parecido un hallazgo, una palabra, “que pide mármol” , que diría un castizo. Por el contrario a mí tocayo en alguna ocasión me ha costado un tanto seguirle, emplea innumerables términos de lo que a mí me gusta llamar neo lengua: constructo, fragmentación polarizada.
En esta novela de Daniel Gascón, igual que conviven las palabras conviven los personajes, esta es una de las cosas que más me han gustado. Y es que por estas páginas desfilan todo tipo de personajes antagónicos. Animalistas que se toman un vino von cazadores, catalanes “indepes” y turolenses orgullosos, “podemitas” y “voxeros”… Esa tolerancia que rezuma todo el libro ayuda a que el lector se relaje, se olvide por un rato de la crispación política que hoy en día emponzoña todo y nos hace cada vez más dogmáticos. Eso, creo que coincidiremos todos, es muy de agradecer hoy por hoy. Por la narración pasan infinidad de ppersonas de todo tipo. A mi me han gustado mucho Javier y Ramiro dos cachazudos hermano cazadores que son una autentica caja de sorpresas. Tampoco hay que perder de vista a la tía Pilar una autentica enciclopedia de la sabiduría popular, y que decir de Silvina, que de ser la dueña del bar de alterne de La Cañada pasa a denominarse como “emprendedora”, ¡espectacular!
El otro regalo que nos hace Un hipster en la España vacía, es la sonrisa, incluso en algunos casos la carcajada. Las delirantes aventuras de Enrique y sus nuevos vecinos incluyen una variedad de situaciones que van desde la comicidad de algunas de las reflexiones del hipster al instalarse en La Cañada, hasta. Por eso se sorprende que su tía desayune leche de brik, en lugar de la de sus propias ovejas, pero claro no tiene en cuenta que puede contraer brucelosis. Los sucesos que acontecen a algunos de los personajes a raíz de ver a una estrella internacional con el traje regional son memorables. La narración alcanza niveles delirantes con la intervención de una delegación del pueblo en La Cumbre del Clima, secuestro de Greta Thunberg incluido.
Seguramente, Un hipster en la España vacía, no pasará a la historia de la literatura, pero lo que sí que consigue es hacernos sonreír, que durante algún rato nos riamos de nosotros tanto individualmente como en conjunto. Creo que con la que nos está cayendo encima es casi milagroso ymuy de agradecer. Por tanto: muchas gracias Daniel por estas ciento sesenta páginas de evasión. Apuntadla porque en un momento dado os pueda ser de mucha utilidad; un paracaídas de reserva para tiempos difíciles.
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