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Un poco banal, bastante agradable, muy británico y… algo más.

El otro día escuchando la radio, hablaban de una película con titulo imposible de recordar y que si no me equivoco aún está en la carteler .La “peli” se basa en una novela. Seguí con mis cosas, pero al cabo de un rato me acordé del título y me fui a buscar en internet algo sobre este libro; lo que vi me llamó la atención y me puse a leerlo. Se trata de: La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernesey de Mary Ann Shaffer..

 

Se sitúa en el primer año de la posguerra de la II Guerra Mundial, la historia ocurre entre Londres y Guernesey. De la capital británica sabemos casi todo, pero de Guernesey desconocemos casi todo. Salvo que es un paraíso fiscal y que allí nació el gran Matt Le Tissier –bueno esto solo lo sabe Miguelón-. Entre lo que la mayoría no sabíamos, está que las “Islas del Canal” fueron invadidas por el ejercito alemán desde 1940 al 1945. Fue un ocupación “de verdad”, no como la de  aquella antigua serie llamada “Allo Allo”. Los británicos evacuaron a más de 20.000 personas, incluidlos todos los niños, y abandonan las islas a su suerte por considerarlas indefendibles. Los alemanes destacaron más de 25.000 soldados y gran número de trabajadores esclavos de la Organización Todt para fortificarlas como parte de la “Muralla Atlántica”.

 

Ya tenemos situado el libro en el espacio y el tiempo, así que entremos en materia. Un libro que perteneció a una joven escritora – Juliet Ashton, que está empezando a ser un fenómeno editorial-el libro aparece en la biblioteca de uno de los habitante de Guernesey que decide ponerse en contacto con ella. Esta primera carta dará origen a una relación epistolar, y carta tras carta harán que la joven sienta la necesidad de viajar a la pequeña isla. Juliet se traslada a Guernesey y allí conocerá a un gran número de peculiares isleños.

 

La novela mezcla dos tiempos: la vida en un Londres de la inmediata posguerra, con frío, racionamientos y ausencias. Por otro lado la vida bajo  ocupación de la isla por los alemanes. La autora va alternando las dos historias. Este recurso  de utilizar el género epistolar le viene fenomenal a la autora, y a los lectores, porque si no ella se perdería y nosotros aun mas. Esto nos facilita conocer una galería de personajes deliciosos. Leeremos cartas de Dawsey Adams – un hombre tranquilo, a veces-. Mark Reynolds un editor snob que hace hueco en sus librerías para dejar sus trofeos deportivos, la medio buja de Isola Pribby. El editor Sidney Stark, un pijo londinense. La ausente Elizabeth McKenna y la omnipresente pequeña Kit. Todos ellos en la tradición de los grandes secundarios de películas como “Los amigos de Peter”, de series como ·” Downton Abbey” o los excepcionales Miss Kenton y Mr. Stevens que nos mostró el Nobel Ishiguro en su monumental “Lo que queda del día”.

En mi opinión este libro trata de la reacción de la gente normal, la de infantería, con  la literatura, si  y queremos, con el arte y sus efectos. Es una guía de lectura, sobre todo de autores británicos, de Kippling a las hermanas Bronte y de Agatha Christie a Charles Lamb pasando por Jane Austen o Dickens. Pero también de los clásicos latinos como Séneca. Los personajes van cogiendo cariño a los libros y luego se encariñando los unos con los otros. Los libros hacen mejores personas a los habitantes de Guernesey.

 

Una novela muy humana muy amable y con un toque de humor decadentemente British. La moraleja, no podía faltar, es que el  amor a las cosas de la vida nos hace soportarla mucho mejor. Es un libro para nostálgicos de un mundo que ya empieza a ser pasado el de las librerías, de los libros en papel. Deja muy buen sabor de boca y te dan ganas de ser mejor persona.

Para terminar os explicaré mi versión d el por qué del título. Los alemanes, como fuerza de ocupación que son, controlan todos los recursos de la isla, que básicamente se limita a la cría de cerdos,             y los lugareños, como es lógico, tratan de escamotear alguno para comérselo. En un momento dado una patrulla, para a dos de estos “contrabandistas”, y les interroga sobre donde van si ya es la hora de del toque de queda. Unos de los isleos les dice que van a una reunión de un Sociedad Literaria, a lo cual el soldado les dice que como se llama y el británico responde entre no pocas dudas: …. Sociedad del pastel de piel de patata. La patrulla les deja ir, ellos se darán un festín con el lechón u para no descubriese empezarán las reuniones y las charlas sobre libros.

 

Es un libro que se lee muy bien y que cuando lo acabas te sientes bastante reconcilian con el género humano, no es una obra maestra, Por menos de 20 euros – edición en papel obligatoria–  nos es moco de pavo.

 

 

 

 

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