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Una historia sobre la ambición y el Mal

Bueno, pues ya ha llegado el calor y parece que lo ha hecho con ganas. No se me ocurren muchas mejores formas de combatirlo que hacer una escapadita al norte de España, por ejemplo a Cantabria. Esta semana me gustaría comentar con vosotros Puerto escondido de María Oruña. Una novela que trascurre en alguno de los más bonitos pueblos de España: Comillas, Suances o la espectacular Santillana del Mar, un lugar al que uno de los personajes define como una sobredosis de belleza.

Oliver Gordon es un joven hijo de española y británico que no está pasando su mejor etapa. Después de la pérdida de su madre y de un desengaño amoroso decide iniciar una nueva vida. Abandona Londres para ir a Suances, el pueblo cántabro que vio nacer a su madre y en el que pasó muchos veranos. Allí está Villa Marina un viejo caserón con vistas al mar que le ha dejado en herencia su madre. Oliver lo está rehabilitando para convertirlo en un hotel. Un buen punto de partida para iniciar una nueva vida y volver a sus orígenes. Todo está a punto de irse al traste cuando en las obras aparece el cadáver de un bebé. Su presente y su pasado se tambalearan, se verá envuelto en una investigación policial  dirigida por la compleja Teniente de la Guardia Civil Valentina Redondo.

Esta novela, como muchas de las policíacas que se escriben actualmente, se sitúa en dos épocas diferentes. Una que conoceremos mediante un narrador que se desarrolla en 2013. La otra, que transcurre entre 1936 y 1949 y que la autora nos develará mediante un diario escrito por un personaje del que no sabremos su identidad hasta casi el final de la novela. Pese a esta duplicidad temporal, la trama es bastante inteligible, aunque personalmente pienso que podría serlo más. Creo que en los hechos transcurridos en el Siglo XX hay demasiado «ruido». Aparecen algunos  personajes y situaciones que no aportan apenas a la historia principal y que por momentos hacen que el lector se despiste. La resolución del caso está bien construída, aunque hay algunos detalles que son un tanto “barrocos”, por llamarlos de algún modo. Demasiados fuegos de artificio, aunque en ningún modo desdibujan un final solido y estupendamente armado.

De los personajes destacaría a Jana y a Clara, pero no me gustaría hacer spoiler, como parece que hay que decir ahora, así que no diré demasiado sobre ellas: simplemente que son dos personajes con muchas más sombras que luces y que según vamos avanzando en la lectura de Puerto escondido nos van sorprendiendo con sus maneras de ser, de amar, de odiar. María Oruna, como es lógico en un libro que inaugura una serie, nos deja algunas pinceladas de su protagonista principal: Valentina Redondo. Una oficial de la Guardia Civil que aparte de ser metódica y eficaz en su trabajo, está marcada física y psíquicamente por un drama personal, que la autora no llega a desvelar por completo. De los secundarios, la serie va ya por la cuarta entrega y creo que seguirán junto a la Teniente, o no.

Destacaría a dos: por un lado  al Subteniente Sabadelle y por otro Oliver Gordon. Ambos me han llamado la atención por lo diferentes que son. El policía por su zafiedad y su impertinencia, el inglés por su afabilidad y su empatía, además parece que los dos tengan mucha “trastienda” en sus vidas. Dejo para el final al Sargento Santiago Riveiro, un tipo trabajador, inteligente, al que en cada párrafo veo más con el uniforme verde que de paisano, un entrañable benemérito de pura cepa.

Para el final me reservo lo mejor: la ambientación de la obra. Me ha parecido fantástica, sutil, maravillosamente cuidada. Ya sea al describirnos una playa o un prado, un caserón o un bar, una calle centenaria o una carretera. María Oruña consigue trasladar al lector a los lugares en los que transcurre la obra. Muy en la línea, por citar a alguien,  de domingo Villar, retrata el entorno con mucho mimo hasta hacerlo un protagonista más. Transmitiendo el amor de la autora por una tierra que no la vio nacer pero en la que ha echado raíces.

Si os apetece leer novela policiaca de la de siempre, de esa en la que aparte de un caso se reflexiona y nos muestra la condición humana con sus grandezas y sus miserias Puerto escondido os interesará. Yo seguro que leeré más de María Oruna y de su teniente Valentina Redondo. Y creo que no me arrepentiré.

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