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Una sonrisa sin alma.

No suelo leer libros sobre la Guerra Civil española, ni de ficción ni ensayos. Es un tema que personalmente no me aporta nada y que socialmente creo que saca lo peor de todos y cada uno de nosotros! que ya han pasado ochenta años!. Pese a todo ello esta semana os hablaré de: Sabotaje de Arturo Pérez Reverte. Esta novela cierra, de momento la trilogía –que manía- protagonizada por Lorenzo Falcó, las otras dos son Falcó y Eva. Y sí, el tema de fondo es nuestra última guerra civil.

 

El libro nos cuenta las misiones que Lorenzo Falcó tiene que cumplir en el Paris de 1937.  Falco es un agente del SINO, el servicio secreto de los sublevados. La primera será s desacreditar a un afamado intelectual francés que ha sido  aviador en la filas de la República y la segunda, consistirá nada más y nada menos que destruir el Guernica que está pintando Pablo Picasso para el pabellón español de la Exposición Internacional.¿ Será capaz de cumplirlas?.

 

Se trata pues de una novela de espías en la que la mayoría de la acción, que no es poca, trascurre en un Paris que vive en una ensoñación bohemia de la que en pocos años la despertará el ruido de las botas claveteadas de los “landsers” de la infantería alemana. Por la obra pasarán todo tipo de personajes. La comunidad de inteligencia en pleno, alemana, española de uno y otro bando, británica, soviética. Millonarias norteamericanas, gentes que ya han emprendido la huida de la Alemania nazi y que hace de la capital francesa su primera parada de las muchas que deberán hacer durante los siguientes años. En definitiva lo que debió ser Paris en los años previos a  la segunda  guerra mundial.

 

Pérez Reverte nos presentó al espía ·”franquista” en la primera novela de la serie, por cierto no es necesario leerlas en orden aunque no está de mas. Falcó no es un fanático ni un idealista es un profesional, uno de los mejores del gremio. Es un tipo que cae bien, un ·”bon vivant” de cautivadora sonrisa  a medio camino entre un” gigoló” y un asesino a sueldo. Un hombre apuesto y capaz de matar sin pestañear con cualquierobjeto que caiga en sus manos. A mí no es un tipo con el que me resulte fácil tener empatía r es demasiado frío, pero supongo que en su negocio si se duda, se muere y Lorenzo Falcó no es de los que dudan . Es una especie de “dandy” letal, la cara B de James Bond, un tipo del que lo mas juicioso que se puede hacer es alejarse de él.

 

El libro retrata bien la época y está magnificamente documentado, locales, moda, marcas…. Describe con minuciosidad los escenarios en los que se desarrolla la acción. Los personajes secundarios están muy bien perfilados, tanto los que existieron realmente como los inventados. Me gusta mucho las similitudes que hay entre el jefe de Falcó y el de Remil, son una especie de almas gemelas separadas por ochenta años de historia. Supongo que son guiños mutuos de dos autores como Fernández Díaz y Pérez Reverte que son amigos; he de decir que para mí el personaje de Remil me parece más” humano” que Falcó y eso que ambos son dos regalitos de mucho cuidado.

 

Otra cosa que me ha gustado mucho es el mundillo del cabaret regentado por un amigo de Falcó, si es que realmente tiene alguno, me recuerda mucho al café de Rick´s en Casablanca, por su ambiente, sus camareros, su clientela y su cantante negra que me recuerda al famoso Sam de la película –en un principio iba a ser interpretado por una mujer, no sé si esto es un homenaje del autor que es un cinéfilo declarado o un desvarío mío.

 

En definitiva una novela entretenida, con mucha acción bastante intriga y mucha sangre. Que nos muestra tanto el glamur como la cloaca, que están más juntas de lo que parecen  en una época que marcará el Siglo XX.

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